El movimiento articular es posible gracias a los músculos (maseteros y temporales) que al contraerse cierran la boca, y sus antagonistas (los músculos del suelo de la boca, el cuello) la abren. Pero en esta articulación hay un elemento diferente a cualquier otra articulación de nuestro cuerpo: los dientes.
La mandíbula cuando se cierra, es frenada o se estabiliza al entrar en contacto con los dientes. En esta posición es importante que tenga estabilidad, si no la boca estará desequilibrada. Este movimiento se produce cientos de veces al día al masticar, hablar, tragar saliva.
Bruxismo y ATM, ¿cuál es su relación?
Para averiguar si alguien está sufriendo un desequilibrio debido a la articulación temporomandibular, es necesario pautar unas normas dentro de las cuales podremos establecer un diagnóstico inicial y concluir que existe un problema en la ATM:
- La apertura bucal debe hacerse sin desvío hacia los lados de 40 a 55mm
- Los movimientos laterales de la mandíbula deben hacerse con deslizamiento guiado por los caninos
- Los movimientos hacia delante deben hacerse guiado por los incisivos.
- El paciente debe tener una masticación bilateral alternante. Si mastica más por un lado que otro, existirá un desequilibrio en su rostro que afectará también a la postura corporal.
- Al masticar y tragar debemos tener los máximos contactos entre los dientes. Esto significa que tendremos una oclusión óptima.